¿Qué necesito saber?

No hay duda que la práctica de la Bicicleta de Montaña está en auge. Hacernos una rutilla con los amigos en mitad de la Naturaleza uno o más días a la semana es, además de saludable, algo que te engancha y que incluso provoca en más de uno placeres y sensaciones cercanas a las que podría conseguir consumiendo algún tipo de sustancia prohibida, de esas que no se venden en farmacias.
Aunque claro está, todo tiene un comienzo. Y por supuesto, ya que nadie nace enseñado, en este artículo os explicamos todo lo que necesitáis saber para iniciarse en el mundillo MTB.

¿Lo más básico que necesito?

Está claro. Lo indispensable es una bicicleta de montaña. No valen patines, ni skates, ni demás aparatos extraños. Necesitamos una bicicleta de montaña. Uno de los errores más frecuentes entre los principiantes es adquirir una bicicleta barata, de aquellas que se consiguen en grandes centros comerciales o alguna cadena de jugueterías. Con este tipo de bicicletas, probablemente conseguiremos realizar un par de salidas decentes, pero a la tercera algo fallará y nuestra ilusión se desvanecerá cual dulce sueño al sonar el despertador. No os aconsejamos que compréis un avión de 1500 Euros para iniciarse en el mundillo, pero  que tenéis que comprar una bicicleta con un mínimo de calidad en sus componentes, que nos permitan ajustarlos y nos ofrezcan precisión a la hora de utilizarlos. Casi todos los fabricantes ofrecen en su catálogo bicicletas que son muy aptas para comenzar a pedalear. Sobre precios, pues unos 400 Euros más o menos. Y pensar que también podéis mirar el mercado de segunda mano, ya que encontrareis monturas estupendas a precios más estupendos aún.
Lo segundo que necesitamos: un culotte. ¿Y eso qué es? Pues básicamente un pantalón que lleva incorporado una badana acolchada en la zona de la entrepierna. ¿Y qué es una badana? Pues eso, una protección acolchada que mitigará en gran medida las molestias o dolor que pueda causar el sillín en la sensible zona de la entrepierna. Es importante decir que hay que acostumbrarse al pequeño dolorcillo que nos acompañará en las primeras salidas con nuestra Mountain Bike.
Nuestro tercer equipamiento obligado: un casco. Hay que tener un casco que cumpla con un mínimo de normas de seguridad (encontraremos una pegatina con las normas cumplidas en el mismo). El casco nos protegerá la cabeza de golpes, ramas, piedrecitas y demás objetos que nuestra cabeza tiende a atraer cuando le damos a los pedales. Hay que procurar que sea de nuestra talla, nos quede bien ajustado, pero sin molestar, y que posea ranuras u orificios de ventilación para evitar que nuestra bonita melena acabe bañada en sudor completamente.

 

¿Y que más necesito?

Pues para satisfacer las necesidades de todo ciclista montañero que se precie, varias cositas más no nos sobrarán:
Necesitamos unas zapatillas adecuadas para salir a darle a los pedales. Piensa que la tierra, el polvo y el barro serán el nuevo recubrimiento de esas zapatillas cada vez que salgamos al monte. Puedes usar unas viejas que tengas por casa o comprar unas zapatillas especiales para MTB que incluso te permitirán adaptarle calas para acoplarlas a los pedales automáticos de tu montura.
Agua. Elemento indispensable para la Tierra y para tu cuerpo. Podemos llevarla en un botellín adaptado al cuadro de nuestra bicicleta o, mejor aún, en una mochila tipo CamelBak, que nos proporciona más capacidad de líquido y más espacio para guardar otras cositas.
Un Maillot o camiseta cómoda para nuestras jornadas de pedaleo. Los Maillots se ajustan al cuerpo y están fabricados en tejidos que permiten una alta transpirabilidad y una comodidad que se agradece. Claro que una camiseta propia tampoco queda fea (o sí, dependiendo de los gustos de cada uno).
una prenda de materiales plásticos o sintéticos impermeable. Ocupan muy poquito bien plegadas y nos sacan de un apuro cuando nos pilla un chaparrón por el campo o cuando la temperatura decide que ha llegado la hora de descender más de lo deseado.
Y además, es interesante llevar en la mochila (si la llevamos) o en una pequeña bolsa de esas adaptables a las bicicletas un inflador o bomba de aire para las ruedas (también podemos acoplarla al cuadro). Al menos una cámara de repuesto para nuestras ruedas. Alguna multi-herramienta o navaja de esas que tienen varias herramientas (por si se nos afloja algún tornillo, nunca mejor dicho). Tiritas y mercromina o similar (por si besamos el suelo con demasiado amor). Y lógicamente, nuestra documentación y el teléfono móvil por si ocurre alguna emergencia. Con este equipamiento, estamos listos para devorar kilómetros de tierra y polvo.

Y en la montaña, ¿qué debo hacer?

Respetarla. Esa es la norma principal que debes aplicarte. Si te gusta la Mountain Bike, es muy fácil que también seas un amante de la Naturaleza. Respeta y cuida el entorno por el que salgas de ruta. No dejes desperdicios por el camino y respeta las señales y/o prohibiciones que puedas encontrar en senderos y caminos.
Circula por los senderos o pistas ya creados sobre el terreno. No vayas de ingeniero de caminos porque lo más probable es que acabes usando la mercromina de tu equipamiento. Respeta a los excursionistas que puedan haber caminando y cédeles el paso en caso necesario. Recuerda siempre las prioridades de la montaña: primero los que circulan a pie, después los que van a caballo, luego los ciclistas y por último los vehículos a motor. Si tu bajas y un ciclista sube, cédele el paso. Piensa en sus pobres piernas y acuérdate de las tuyas también.
sales solo, procura no hacer una ruta solitaria y desconocida. Comenta a algún familiar o amigo lo que vas a hacer y por dónde irás. LLeva siempre el teléfono móvil y no hagas el tonto en bajadas o trialeras. Recuerda que hay que pasarlo bien, no convertir tu salida en una pesadilla para tí y los que te rodean.

Ya terminé mi ruta. ¿Ahora qué?

Pues ahora no está de más que te encargues de tu bicicleta un poquito. Límpiala con agua jabonosa y un trapo, para quitarle el polvillo. Moja un trapo con un poquito de aceite de teflón y pásalo por la cadena de transmisión. No hace falta que lubriques piñones y platos. Tras engrasar la cadena, usa los cambios para moverla por todos los piñones y platos. Ella misma lubricará el resto de componentes. Un poco bastará, no necesitas que el aceite gotee al suelo. Comprueba la presión de tus neumáticos y rellena de aire si es necesario (antes de salir también es muy recomendable hacerlo).
Revisa el estado general de tu bicicleta y una vez al año o cada seis meses, llévatela a la tienda más cercana para que un profesional le haga una revisión a fondo. Te costará poquito y la vida de tu montura se alargará hasta que te aburras de ella o la traiciones por otra un poquito mejor.
Poco más. Con estos consejos, en muy poco tiempo te convertirás un biker profesional. El tiempo y la experiencia te dirán qué te sobra y qué te hace falta con respecto al material que usas en tus salidas, y enseguida te darás cuenta que llegará alguien y te preguntará: ¿qué necesito para salir? ó ¿cómo hago ésto y lo otro?

Agradecimientos a: